La novela surca una vida que navega contra el destino. Para
el protagonista, crecer será una prueba de superación que lo libere de la grave
culpa con la que carga.
Por si esto fuera poco, la historia despliega la complicada situación
de un país destruido por la dictadura y el integrismo.
El humanismo de esta obra atraviesa todos los puntos de
vista, pero lo que más nos ha calado ha sido la deducción final de que los
propios actos son condicionados también por circunstancias ajenas a nosotros,
aunque la culpa exista y tenga razón de ser; y aunque haya culpa, por fortuna,
la obra no es una tragedia griega, porque siempre existe la oportunidad de
redimirse. Hay salvación. ¡Ya sabéis!
Fe Cortiñas
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